- Un verdadero paraíso invernal: Zermatt casi garantiza una Navidad blanca. Los chalets cubiertos de nieve, los pinos escarchados y las vistas del Cervino crean un ambiente alpino perfecto para las vacaciones.
- Encanto de pueblo sin coches: Al no haber coches en el centro del pueblo, las calles permanecen tranquilas y relajadas. Pasearás por callejuelas iluminadas con farolillos, casas de madera y acogedoras plazas sin ruido ni tráfico.
- Luces festivas y calor de temporada: El pueblo brilla con luces y decoración navideña de buen gusto, no llamativa ni abrumadora, sino cálida y acogedora. Los paseos nocturnos son tranquilos, íntimos y pintorescos.
- Esquí y aventuras en la montaña: Zermatt es un destino de esquí de categoría mundial, con pistas de gran altitud abiertas durante todo el invierno. Ya sea esquiando, con raquetas de nieve o simplemente montando en el ferrocarril de Gornergrat, las experiencias al aire libre son lo más destacado.
- Cena en chalet y menús de invierno: Los restaurantes y refugios de montaña sirven abundantes platos de temporada, fondue, raclette, vino caliente y pasteles navideños suizos. Todo resulta acogedor, pausado y reconfortante después de un tiempo en la nieve.
- Espíritu navideño tranquilo y pacífico: La Navidad en Zermatt es tranquila y sin prisas. Piensa en la quietud de la montaña, luces suaves, cenas acogedoras y tiempo para disfrutar del paisaje nevado a tu propio ritmo.









